Por aquí seguimos haciendo descubrimientos sobre el color, y es que todavía nos quedan muchas cosas por descubrir y probar.
Esta vez, hemos preparado un experimento clásico con un doble objetivo: descubrir como conseguir colores secundarios a partir de los primarios, y entender que es la capilaridad y cómo funciona. Éste a su vez, nos planteó unas cuantas preguntas que nos llevaron a hacer un segundo experimento.
- Experimento 1
Materiales
- 6 vasos transparentes
- Papel de cocina
- Colorante alimentario (colores primarios)
- Agua
Procedimiento
Llenamos con agua hasta la mitad tres de los vasos. Luego preparamos agua coloreada de los tres colores primarios (rojo, amarillo y azul).
Tenemos que hacer un círculo con los vasos, intercalando los vasos con agua coloreada y los que están vacíos. Necesitaremos también 6 servilletas de papel de cocina, que tenemos que enrollar haciendo un rollito.
Lo tenemos que colocar haciendo que queden "conectados" todos los vasos (De cada vaso con agua tienen que salir dos rollitos, uno a cada vaso vacío que tiene a su lado)
A partir de aquí, a practicar la paciencia. Podemos observar cómo por capilaridad, el agua va pasando a través del papel absorbente hacia los vasos vacíos hasta que se iguala el nivel de agua. En éstos, al recibir agua de dos colores diferentes, se van formando nuevos colores (verde, naranja y violeta respectivamente).
Mientras observábamos, el peque se dio cuenta de una cosa: el agua de color azul fue la primera en llegar al vaso vacío, al agua amarilla le costó un poco más y el agua de color rojo tardó casi toda la noche en pasar de un vaso a otro ¿Por qué? Y una vez finalizado el experimento, todavía nos hizo otra pregunta ¿Podemos volver a separar los colores? Estas preguntas nos llevaron a hacer un nuevo experimento
- Experimento 2
Materiales
- Filtro de café
- Papel de cocina
- Pipeta
- Rotuladores de colores
- Agua
Procedimiento
En unos filtros de café, pintamos una mancha con rotulador (usamos un filtro para cada color). Ponemos cada filtro sobre un papel de cocina, y con una pipeta, mojando la mancha de rotulador.
Poco a poco, veréis cómo los colores van avanzando. En los filtros que usamos los colores primarios, simplemente veremos cómo la mancha se ha extendido por el papel. En cambio, en los que pintamos con colores secundarios, veremos como se van separando de nuevo los colores, dejando ver los primarios.
Esto sucede porque cada pigmento es diferente, y al pasar por el papel, cada uno lo hace a una velocidad distinta, de ahí que se separen.
La idea después de ver que se podían separar, era hacer una "carrera" de colores primarios, a ver que pigmento era más rápido. Pero, al peque le gustó el efecto de los rotuladores diluidos con el agua, así que se puso a hacer dibujos y mojarlos, creando mandalas. Al final el experimento se convirtió en una actividad artística. Así que el tema de la carrera queda pendiente para la próxima. Os lo enseñaremos todo por Instagram