El año pasado estuvimos haciendo en casa un pequeño proyecto sobre las células. Aprendimos un montón de cosas nuevas, y alrededor de este tema, hicimos también algunos experimentos. El que os traemos hoy es uno de los más sencillos y a la vez vistosos. Se trata de la extracción del ADN de una fruta que ahora mismo todavía está de temporada: la fresa. Os lo mostramos por Instagram en este post, pero hoy os traemos el paso a paso por si queréis hacerlo en casa con los niños.
Materiales necesarios
Para realizar este experimento necesitamos muy pocos materiales, y todos seguramente que los tendréis por casa:
- Fresas
- Dos vasos
- Bolsa tipo zip de plástico
- Colador
- Pinzas
- Alcohol 96º
- Jabón lavavajillas
- Agua
- Sal común
Procedimiento
El experimento es muy sencillo. Antes de empezar tenemos que poner el alcohol etílico a enfriar en el congelador.
En un vaso, mezclamos unos 90 ml. de agua, 10 ml. de jabón lavavajillas y una pequeña cucharada de sal. Lo mezclamos bien, con cuidado de no producir espuma.
En la bolsa de plástico colocamos las fresas (2 o 3 serán suficientes) y añadimos la disolución que hemos preparado de agua, lavavajillas y sal. Cerramos bien y tenemos que triturar las fresas en la bolsa hasta convertirlas en puré, mezclando bien con el resto de disolución. Cuando tenemos todo bien triturado e integrado, ponemos el líquido a un vaso limpio, pasándolo previamente por un colador y aplastando los restos de fresa para obtener todo el jugo.
Finalmente, añadimos el etanol frío con cuidado por los bordes del vaso. Tenemos que usar una cantidad de etanol equivalente a la cantidad de mezcla que estamos usando. Observaremos como, lentamente, se van produciendo unas hebras blancas que flotan en nuestra disolución. ¡Ya tenemos nuestro ADN!
Con la ayuda de unas pinzas o un palillo, podemos recoger nuestra muestra de ADN y trasladarla a un tubo de ensayo al que añadiremos alcohol para poder observarla mejor.
¿Qué ha pasado?
El jabón que hemos añadido a nuestro puré de fresas nos ayuda a disolver la pared celular y las membranas celulares, tanto la plasmática como la nuclear. Asimismo, la sal rompe las cadenas de proteínas de los ácidos nucleicos, liberando así las cadenas de ADN. El ADN es insoluble en alcohol, por lo que al añadirlo a nuestra disolución conseguimos que estas cadenas de ADN queden flotando en él.
¿Y por qué hemos utilizado fresas? Pues porque las fresas son una de las frutas de las que podemos obtener más ADN. Además, son octoploides, es decir, tienen ocho copias de cada cromosoma (a diferencia de nuestras células, que son diploides). Esto hace que el ADN de las fresas sea muy sencillo de extraer y también de observar a simple vista.
Nosotros tenemos pendiente repetirlo con otras frutas y con nuestro propio ADN. Es un tema superinteresante que queremos seguir explorando. ¿Conocíais este experimento?
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