jueves, 27 de febrero de 2020

4 experimentos con huevos que podemos hacer con los niños

Después de la resaca del Carnaval, nos apetecen actividades un poco más tranquilas, así que hemos vuelto a la carga con los experimentos. Esta vez hemos escogido un ingrediente que seguro que todos tenéis por casa: huevos. Con ellos, hemos hecho 4 experimentos súper sencillos pero que dejarán a los peques con la boca abierta.

Imagen de annca en Pixabay

Huevo frito sin calor


Para hacer este experimento necesitáis un plato hondo, alcohol de 96º y un huevo. Y también un poquito de paciencia, que para hacer este tipo de actividades siempre va bien.

Poniendo alcohol de 96º sobre un plato hondo

Este experimento es mejor hacerlo en un lugar bien ventilado. Tenemos que poner un poco de alcohol en un plato hondo, y sobre él, cascamos un huevo cómo si fuéramos a freirlo. Nosotros después de este paso, terminamos vaciando todo el alcohol de la botella sobre el plato para que quedara bien cubierto.

Cascando un huevo sobre alcohol

No es un experimento instantáneo, pero a los pocos minutos ya veremos cómo la clara del huevo se va volviendo más blanquecina. Lo dejamos varias horas, y ya veréis la sorpresa que se llevarán los peques cuando vuelvan a ver el huevo.

Huevo sobre alcohol casi cuajado

Con ayuda de una espátula, sacamos el huevo del alcohol para poder observarlo mejor. Veréis que por fuera ha quedado completamente blanco y cuajado, como un huevo frito.

Huevo "frito" en alcohol de 96º

¿Y que ha pasado? Pues que el alcohol, al igual que el calor, también desnaturaliza las proteínas del huevo, aunque de forma mucho más lenta

Huevo duro en una botella


Para hacer este experimento necesitáis una botella de cristal con la boca ancha (pero más estrecha que el huevo), un huevo duro, un trocito de papel y una cerilla o mechero. (¡Ojo que en este experimento hay agua hirviendo, fuego...siempre hay que hacerlo en compañía de un adulto!)

Huevo duro sobre la boca de una botella de cristal

Lo primero que tenemos que hacer es hervir  y pelar un huevo. Una vez frío, preparamos nuestra botella de cristal. Tenemos que quemar un trocito de papel e introducirlo dentro de la botella. Antes que termine de quemar, ponemos el huevo a modo de tapón, y veremos cómo el huevo entra dentro de la botella sin problema. ¡Los peques se quedarán con la boca abierta!


¿Y cómo ha sucedido ésto? Pues el fuego ha consumido todo el oxígeno que había en el interior de la botella, provocando una diferencia de presión entre el interior y el exterior que succiona el huevo con rapidez.

Para sacar el huevo, podéis poner la botella bajo el grifo de agua caliente, o incluso soplar en el interior. El huevo saldrá de nuevo de la botella sin dificultad. Nosotros no llegamos a probarlo, directamente desmenuzamos el huevo dentro de la botella.

Huevo saltarín


Este es uno de esos experimentos clásicos, que hemos repetido varias veces en casa porque al peque le encanta. Necesitáis un recipiente, vinagre y un huevo.

Recipiente con huevos lleno de viangre

Tenemos que sumergir completamente el huevo en vinagre. Y esperar, aproximadamente un par de días. Transcurrido ese tiempo, veréis cómo la cáscara del huevo ha desaparecido, dejando solo una membrana elástica que recubre la clara del huevo. Además, ha aumentado de tamaño. Lo lavamos bien con agua, ¡y ya podemos poner a botar nuestro huevo!

Huevos después de 48 horas en vinagre, sin cáscara, sólo con la membrana

Mejor que no dejéis caer el huevo desde mucha altura, porque el desastre puede llegar a ser épico (os lo digo por experiencia...)

Haciendo botar un huevo

El ácido acético del vinagre ha reaccionado con el carbonato cálcico que tiene la cáscara del huevo (de ahí que durante el proceso veamos cómo se van formando burbujas alrededor del huevo). Al final lo que queda es la membrana elástica, gracias a la cual el huevo puede botar. También observaremos un aumento de tamaño, ya que parte del agua que contiene el vinagre ha pasado al interior a través de esta membrana semipermeable.

 

Huevo saltarín coloreado


El procedimiento para hacer este experimento es igual que el anterior. Pero con él vamos a demostrar de forma visual cómo la membrana que recubre el huevo es semipermeable.

Una vez tenemos el huevo sin la cáscara, lo sumergimos en un vaso lleno con agua coloreada y lo dejamos un día aproximadamente.

Poniendo un huevo sin cáscara en un vaso de agua coloreada

Cuando lo saquemos veremos que se ha teñido del color del agua ¿pero solo la membrana o también el interior? Lo mejor es que, después de jugar un rato con él, lo abramos para observar cómo es por dentro. Y sí, el interior también está coloreado, porque el agua ha pasado a través de la membrana hacia el interior del huevo. 

Huevo sin cáscara coloreado

¿Qué os han parecido estos experimentos? El peque se ha quedado alucinado, sobretodo con los dos primeros que son lo que no habíamos hecho nunca antes. Cómo veis, con las cosas que tenemos por casa podemos montar una tarde científica la mar de interesante, en la que los niños pueden aprenden un montón de cosas sobre física y química. Y es que la cocina es uno de los mejores laboratorios a los que los niños pueden acceder.





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