Hacía mucho tiempo que no os traíamos uno de nuestros experimentos relacionados con el color y ya teníamos ganas de retomar nuestras tardes de ciencia. En este caso, se trata de un experimento sencillo, pero con un resultado espectacular: hemos hecho desaparecer los colores.
Materiales
- Recipientes transparentes
- Agua
- Colorante alimentario
- Pipeta
- Lejía
- Espátula para remover
Procedimiento
Primero tenemos que preparar varios recipientes con diferentes colores. Nosotros hemos preparado nuestras mezclas en estos tubos de ensayo tan chulos que compramos hace no mucho en Tiger. Fueron un amor a primera vista y se vinieron con nosotros. Y por fin hemos podido estrenarlos.
Como veis, la preparación en si ya es toda una actividad fascinante. Mezclar colores, ver cómo el colorante se disuelve en el agua creando efectos hipnóticos...
Una vez lo tenemos todo preparado, ya podemos ponernos manos a la obra. Sólo tenemos que ir poniendo gotas de lejía en cada uno de los recipientes....y esperar que ocurra la magia. Os dejamos un vídeo del experimento para que podáis ver lo espectacular que es:
Una de las cosas que averiguamos, es que hay colores que desaparecen mucho más rápido que otros, lo que nos dio para hacer una pequeña investigación. Por ejemplo, el color amarillo con sólo una gota de lejía desaparecía casi al instante. El color rojo también necesitó sólo una gota de lejía, pero le costó algunos segundos más. Para hacer desaparecer el azul en cambio, necesitamos algunas gotas más y esperar un poco de tiempo, y aún así, no conseguimos que desapareciera del todo.
Y sabiendo esto ¿Os imagináis que pasa con los colores secundarios? Con este experimento podemos ver de forma muy visual la separación de los colores primarios de los que está compuesto. Nosotros por ejemplo lo probamos con el verde. A la primera gota, el amarillo desapareció por completo y nos quedó un tubo de ensayo de color azul.
¿Qué ha pasado?
La lejía es una solución más o menos concentrada de hipoclorito de sodio. Este compuesto es muy oxidante, y captura los electrones de las moléculas de pigmento, haciendo que cambien la forma en la que reaccionan a la luz.
Por último, recordad que la lejía es un producto muy irritante y hay que usarla con precaución, sobretodo con los niños. Nunca les debemos dejar solos, siempre hay que hacer las propuestas en un lugar bien ventilado, y a ser posible, usar gafas de seguridad, bata y guantes. Debemos supervisar la actividad y adaptarla a la edad y capacidades del peque. Toda precaución siempre es poca.
¿Que os ha parecido este experimento? ¿Se os ocurren más propuestas para hacer con el color? Somos todo oídos, ¡nos encantan este tipo de actividades!
EXCELENTE EXPERIMENTO PARA LA CLASE CON MIS NIÑOS.GRACIAS
ResponderEliminargracias por los datos
ResponderEliminar¡Un placer!
Eliminar