En esta casa nos encanta la pintura, sin duda es una de las actividades preferidas del peque. También nos encanta experimentar ¡y ensuciarnos! Por eso constantemente buscamos formas para que la experiencia de pintar sea diferente, sensorial y divertida.
Hoy os traemos 5 formas que hemos probado este verano para pintar de manera diferente. Como veréis, no necesitáis grandes materiales, todo lo que usamos son cosas que seguro tenéis por casa. ¡Empezamos!
- Pintar con hielo
Esta es un clásico del verano. Lo hemos hecho cada verano desde que el peque era muy peque. Es una actividad muy completa, y que requiere dosis extra de paciencia.
Primero hay que preparar los hielos. Siempre lo habíamos hecho con colorante alimentario, pero la verdad es que con ésa opción los colores no quedan muy intensos, aunque es ideal para los más pequeños. Este año hemos probado a diluir un poco de tempera en agua y ha quedado mucho mejor.
Por Instagram he visto que la gente congela la tempera directamente, así que ésta técnica la repetiremos a ver que tal.
Por Instagram he visto que la gente congela la tempera directamente, así que ésta técnica la repetiremos a ver que tal.
Una vez que el los hielos están formados, sólo nos queda pintar...o jugar. ¡Ésta actividad puede terminar de muchas formas!
- Pintar con un matamoscas
Como precaución, nosotros usamos pintura de dedos, que se limpia mejor. Y fue todo un acierto, porque además de alguna que otra salpicadura, el conjunto de papel al suelo y platos con pintura era demasiado tentador como para no terminar metiendo las manos...y los pies.
Y es que, como os he dicho, en esta casa ensuciarse es parte de la diversión.
- Pintar con una centrifugadora de lechuga
El resultado es sorprendente, y se puede probar mezclando diferentes colores y tipos de pinturas (brillantes, mates, con purpurina...)
- Pintar con espuma de afeitar
De éste tipo de pintura he visto diferentes fórmulas. Os cuento la que usamos nosotros, aunque seguro que en el futuro terminaremos probando el resto.
Lo mejor es que cuando se seca no pierde del todo el volumen, y la textura queda blandita. Una gozada.
- Pintar un arcoíris con esponja
Para hacerlo, en una esponja (o estropajo), vamos colocando unas gotas de témperas de colores, uno al lado del otro. Cuando los tenemos todos, media vuelta sobre un papel y arrastramos poco a poco. ¡Veréis que arcoíris más bonitos quedan!
Cómo veis, con muy pocos materiales podemos tener a los más peques entretenidos. Además, ahora con el buen tiempo, es más fácil que puedan hacer estas cosas al aire libre, por lo que el tema de ensuciar la casa no es un problema. ¿Habéis probado alguna de estas técnicas? ¿Cual es vuestra preferida? ¡Yo sin duda me quedo con la técnica del matamoscas!
Si queréis ver otras formas divertidas de pintar que estamos probando este verano, nos podéis seguir en Instragram, allí os mostramos lo que vamos haciendo cada día.
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